viernes, 9 de diciembre de 2011

Londres no estaba, pero tampoco se le esperaba.

Este año conmemoramos el 30º aniversario del 23- F y con ello la manida frase de Sabino Fernández Campo de "ni está ni se le espera" y posiblemente no haya una frase que resuma más sintéticamente las actitudes de Reino Unido con la UE desde los años 80, sólo los muy ilusos esperaban que Londres firmase una Reforma como esta de la UE pero eso no quita que hubiera ciertas esperanzas, ciertamente más propias de magos e ilusionistas que de políticos.

Tras más de 15 horas de reuniones, el Consejo de la UE ha dado luz verde a la reforma institucional de los Tratados de la Unión, todos los países de la Unión han votado sí con rotundidad, excepto Suecia, Hungría y República Checa que someterán su decisión a sus Parlamentos nacionales, el único No ha sido el de Reino Unido, no sorprende pero tampoco alegra.

David Cameron durante su comparecencia. Foto: Daily Telegraph

En este Consejo se decidía el futuro a corto y medio plazo de la situación económica y financiera de la UE si bien es cierto que la mayoría de los países de la UE pertenecen o quieren pertenecer a la zona euro, por tanto el "No" británico no extrañaba tanto.

Es positivo el porcentaje final de adhesión al Tratado, como la propia Merkel ha dicho "Se trataba de no alcanzar compromisos podridos para el euro y lo hemos conseguido", indirecta lanzada a Cameron, primer ministro británico al que no se le ha correspondido en ninguna de sus peticiones, sobre todo en la de mayor regulación al sector financiero, uno de los pilares más poderosos de los negocios británicos por lo que su negativa respuesta a firmar esta reforma del Tratado ha sido "dura pero necesaria razón".

Merkel y Cameron colocándose para la foto del Consejo. Foto: El País/ EFE (Dirk Waem)

Un amplio número de los Presidentes y Primeros Ministros presentes en el Consejo mantenían algunas esperanzas respecto a la adhesión británica pero eran esperanzas más soñadas que despiertas, Merkel y Sarkozy sabían previamente de las intenciones de Cameron y lo que presuntamente iba a pedir como contraprestación a la UE por tanto, sabían a lo que  venían.

Lo que desconozco de este enredo es porque hay tantas dudas sobre la respuesta británica, su carácter antieuro y algo alejado de la realidad europea no es una novedad, siempre han estado ahí, tanto para prestar como para recibir dinero, pero nunca se han mostrado partícipes para entrar en reformas de mayor calado. Era ingenuo pensar que si Reino Unido no se mostraba cercana a Europa, la entrada en el Euro y reformas de tratados en época de bonanza económica y con gobiernos laboristas de Blair y Brown resulta del todo incomprensible que con los conservadores en Downing Street y en época de crisis la respuesta fuera un acercamiento a Europa.

Sarkozy y Cameron se cruzan durante la reunión. Foto: El País/ AFP Eric Feperberg.

Lo que más ha molestado en el Consejo no ha sido la negación de Cameron sino las formas, donde defendiendo su postura se ha mostrado incluso feliz de no pertenecer a la zona Euro. El orgullo británico y euroescéptico de Cameron ha chirriado en una cumbre destinada a acercar posturas y a solventar más problemas, porque Cameron no sólo ha dicho "no" si no que encima no le ha importado, pero esto, tampoco ha sido una novedad británica.

Jaime de las Heras Martín, Madrid, 09/12/11


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